"El "Silencio activo,", que dispone a la escucha reverente de la Palabra de Dios...", fueron palabras con las que nuestro Fundador, abria exposicion al 14 de Octubre, en el Sinodo de Obispos, con el tema de "La Palabra de Dios en la Iglesia". Solo contaba con unos cuantos minutos para expresar gran discurso que influiria en el Apostolado y nuevas formas de ver la Evangelizacion.
Nos recordaba Luis Fernando sobre la "Dimension comunicativa de la Revelacion Divina" del Papa Pablo VI, dando un mensaje de amistad con Dios. Señala que Él es nuestro amigo y que podemos acudir a el siempre que los necesitemos.
"Llegada la plenitud de los tiempos, Dios pronuncia Su Palabra, que está en Dios desde el principio y que es Dios, y se encarna en la Inmaculada Virgen Maria, por obra del Espíritu Santo", nunca dejando de resaltar la imagen de Santa Maria, devota de nosotros y en general de todo el MVC. Agrego luego: "la Palabra Eterna encarnada habla en lenguaje humano y manifiesta el misterio de Dios y su Plan, así como el misterio del ser humano, la grandeza de su vocación y el horizonte de su realización personal".
"La Palabra de Dios escrita por inspiración del Espíritu –agregó– interpela lo profundo del ser humano y lo invita al apasionante e indescriptible encuentro con el Señor Jesús".
Por ello en este camino "es fundamental la maestría en un silencio activo que implica no sólo escuchar debidamente sino hacerlo in Ecclesia, abriendo el corazón a la interiorización y adhesión a la Palabra de Dios".
Por ello en este camino "es fundamental la maestría en un silencio activo que implica no sólo escuchar debidamente sino hacerlo in Ecclesia, abriendo el corazón a la interiorización y adhesión a la Palabra de Dios".
"La Palabra escuchada y acogida, alimenta en nosotros la fe en la mente, transformando nuestros criterios hasta llegar a tener 'la mente de Cristo'; despierta la fe en el corazón hasta llegar a 'tener entre nosotros los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús'; y nos impulsa a la fe en la acción, conscientes de que son bienaventurados aquellos que 'oyendo la palabra la ponen en práctica'", dijo D. Luis Fernando; y concluyó: "la Virgen María es el modelo de escucha, y respuesta a la Palabra de Dios".