miércoles, 5 de noviembre de 2008

¡Seamos Santos!

El deber querer ser santo es algo que debe ir con naturalidad con la vida cristiana. Todo creyente debe dejarse invadir por un intenso ardor por aspirar a la propia santidad. No hacerlo es demencial. Todo bautizado debe tomar conciencia de qué significa realmente ser bautizado y valorar tan magno tesoro pensando, sintiendo y actuando como cristiano. Es, pues, necesario que cada uno ponga el mayor interés y dedique lo mejor de sí aresponder a la gracia, cooperando con ella desde su libertad para vivir cristianamente y así acoger el designio divino y llegar a ser santo, para llegar a ser feliz.
Luis Fernando Figari
(Tomado de Temas de Iglesia)

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